Gloria al Santo
Patrón San Benito
que en el cielo supo conquistar
de virtudes un lado infinito
donde habita el Padre Celestial
¡Oh glorioso Patrón San Benito!
tu bondad te proclama inmortal
tus milagros tenemos escritos
en el aire, la tierra y el mar.
En El Cerro todos te rogamos
que tu amparo no nos falte jamás.
Y amorosos todos como hermanos
suplicamos tu intensa piedad.
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Pues que el Señor Infinito
os hizo tan prodigioso,
sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
Patriarca eres Sagrado Gran columna de la fe, el
misterio en ti se ve Benito nombre adecuado.
Este
pueblo en sus conflictos tu protección busca ansioso.
Sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
Para su alivio las gentes te procuran en los yermos,
dad salud a los enfermos como médico excelente. Eeste
fervor exquisito
y don el más prodigioso.
Sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
Eres el doctor más digno
del católico tesoro, eres órganos sonoros del
Espíritu Divino.
A quien en tus sacros ritos te
suplican fervorosos.
Sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
Hombre en ángel sublimado de la
Iglesia eres lucero,
eres invicto guerrero contra
Satanás malvado. A quien te busca contrito de sus
culpas pesaroso.
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Sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
Discípulo esclarecido de la suprema verdad, norma
eres de Santidad y de Dios favorecido.
Si del mundo es laberinto
renunciaste presuroso.
Sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
De que te llevas la palma en prodigios somos ciertos,
si resucita a los muertos resucita nuestras almas.
Oye ya el piadoso grito de tus creyentes ansiosos.
Sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
Pues tu alma subió al cielo por una calle alfombrada, de antorchas iluminadas cual celestial mongisvelo. Para lograr el recinto del eterno y fiel reposo
Sed nuestro amparo amoroso ¡oh gran Padre San Benito!
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Tres jueves hay en el año
que relucen más que el sol
Jueves Santo y Corpus Christi
y el día de la Ascensión.
Jueves Santo por la tarde,
cuando Cristo preso estaba
cuando el Redentor del mundo
a sus discípulos llamaba.
Los llamaba de uno en uno
de dos en dos se acercaban
y cuando estaban todos juntos
les decía estas palabras:
¿Quién de vosotros hijos míos?,
¿quién morirá por mi mañana?.
Se miraron unos a otros
y ninguno respuesta daba.
Le respondió San Juan Bautista,
el que
predica en la montaña,
moriré yo por vos, Señor.
Será hoy, será mañana.
Jesucristo se ha perdido,
su madre lo anda buscando,
¿quién ha visto por ahí
una estrella relumbrando?
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Por aquí pasó el Señor
tres horas antes del alba,
con una cruz en sus hombros,
de madera muy pesada.
Como la madera era nueva
cada paso arrodillaba
y en la calle la Amargura
tres Marías le lloraban.
Una era Magdalena,
otra era María Marta,
otra era la Virgen Pura
la que más pasión tomaba.
¡Calla, calla, Magdalena!
que no te tengo olvidada
que en el Reino de los Cielos
tres sillas tengo guardadas
para el alma que más quiero
que debe ser perdonada
Quien rezara esta oración
todos los viernes de marzo
sacará un alma de pena
y la suya de pecado.
Quien la sabe y no la dice
el pecado le maldice;
quien la escucha y no la aprende
el día de mañana, verá lo que le conviene.
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Santo Dios,
Santo fuerte,
Santo inmortal,
líbranos señor de todo mal,
líbranos señor de todo mal.
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Viva El Cerro, que es mi tierra
(bis);
San Benito mi patrón.
Viva la gente del Cerro,
porque cerreño soy yo.
Cabezas Rubias y El Cerro
tienen los pastos comunes,
y yo los tengo contigo
sábado, domingo y lunes.
Mana que mana, manando
en El Cerro hay una fuente
mana que mana, manando
con el letrero que dice
viva El Cerro y su fandango
en El Cerro hay una fuente.
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