Bailes de San Benito. Gracias al entusiasmo de los hermanos de los últimos años estos bailes vuelven con fuerza, arte y todo su colorido, de lo cual salimos todos beneficiados. El prioste y el viceprioste serán los encargados de enseñar los bailes y cantes tradicionales a la Mayordomía.
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Baile del poleo.- Conjunto de tres bailes, dos de ellos de probable origen medieval, la danza y la folía y el tercero, el fandango de El Cerro, del siglo pasado bailado en honor de San Benito Abad. El origen de este nombre pudiera ser porque en el lugar donde se bailaba (esquina suroriental de la explanada de la ermita) abundaba esta planta olorosa. |
La Danza.- Los bailes de espadas se encuentran repartidos por toda la geografía peninsular con antecedentes muy remotos. Su origen, sin demostrar, puede estar en una danza guerrera. El maestro Baroja opinaba, en 1950, que la danza pudiera tener un origen en la recreación de vivencias pastoriles. Se interpreta por los siete
lanzaores en dos
hileras de tres unidos por sus lanzas y al final en el centro, algo a la derecha, el rabeón
que bate la suya al aire. Las lanzas son de hierro, con empuñadura, de
aproximadamente 1 m. salvo la del rabeón que es algo menor. En todo
momento los danzantes llevan empuñadas su lanza y la punta de la lanza
que otro danzante le ofrece. Se baila al ritmo del tamboril y la flauta y consiste
en irse entremezclado y cruzando continuamente. Una variante de la Danza que se
ejecuta normalmente es la que se lleva a cabo en la Misa. Días que se danza:
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Folía. Baile de presumible origen portugués, entre un hombre y una mujer, que se refina en Andalucía hacia el siglo XVI como adaptación cortesana de algunas danzas populares. En el siglo XIX se interpreta la folía como danza amorosa de parejas separadas, no se tocan durante todo el baile, y termina con un abrazo en señal de reconciliación. Actualmente se baila como pareja mixta o de dos jamugueras. La folía es sólo música que la gaita hace sonar repetitivamente hasta que las parejas han terminado de componer sus figuras. En el baile mixto se puede llegar a interpretar una especie de cortejo del varón a la dama, ésta apenas esboza una leve sonrisa durante todo el baile. La pose de este baile es la que se ha hecho representativa de los bailes de El Cerro: cabeza erguida sin vanidad, brazos paralelos al suelo con los antebrazos extendidos hacia arriba y los dedos agrupados sin acabar de cerrar la mano, movimientos de vaivén de los brazos hasta casi unir las manos , pasos cortos de la jamuguera frente a las grandes zancadas del lanzaor. Días que se baila la Folía:
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Grafico de los movimientos de la folía. |
El primer movimiento es una vuelta en círculo (1) exagerando la jamuguera su amplitud, la acompaña el lanzaor sin darle nunca la espalda salvo el giro sobre sí mismo que da en mitad del recorrido. Al completar el círculo se desplaza hacia delante (2) hasta el centro imaginario y hacia atrás hasta el inicio. Luego se inicia el movimiento en forma de ocho (3) en el que la espalda de la jamuguera queda siempre hacia el interior de la figura. En la mitad el lanzaor ejecuta el giro sobre sí. A continuación se repiten los pasos hacia dentro y afuera (4), luego un círculo menor al primero (5) y por último otro círculo mayor igual al del inicio (6) con vuelta del lanzaor. Termina el baile con el acercamiento de la pareja al centro (7) y el abrazo final.
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Fandango. Al hacerse bailable se incorpora a la función de San Benito como un elemento popular que había tenido un nacimiento que nada tenía que ver con elementos religiosos. Se baila los mismos días de la Folía. Se ejecuta por parejas mixtas entre jamugueras y danzadores. Pese a su modernidad (un siglo de vida) no desentona con la folía al bailarse de forma serena y armoniosa. Su literatura es la propia del fandango con cuatro o cinco versos octosílabos, acompañado musicalmente por la gaita y tamboril y el número de fandangos que se baila es de cuatro. Las dos parejas se sitúan en hilera, mientras suena el estribillo, conformando los vértices de un imaginario cuadrado.
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