De los hermanos que deuen llamar a confejo

Cap. III.

Quando algunas cofas graues fe huuieren de tractar en el monafterio, llame al Abbad a todo el conuento, y propóga lo q fe offrefce, y oyendo el confejo de los hermanos, tracte lo prodenteméte configo, y haga lo que juzgare fer mejor, y la caufa porque diximos que fueffen todos llamados a confejo es, porq muchas vezes al menor reuela Dios lo mejor. Pero los hermanos de tal manera den cófejo có toda fubiection de humildad, q no prefuman defender lo que les parefciere fino que todo dependa de aluedrio del Abbad, y lo que juzgare por mas faludable todos le obedezcan, mas anfi como a los difcipulos cóuiene obedecer a fu maeftro: afsi conuiene que el difponga todas las cofas jufta y prudéteméte. Todos pues figá la regla maeftra, y ninguno fe aparte temerariamente della. Ninguno prefuma porfiar con fu Abbad proteruaméte en el monafterio ni fuera del: y fi alguno fe atreuiere hazerlo paffe por la difciplina regular: pero el Abbad haga todas las cofas con temor de Dios: y guarda dela regla, fabiendo que de todos fus juyzios ha de cuéta al juftifsimo juez. Mas fi algunos negocios menores fe huuieren de trctar en prouecho del monafterio, tome folaméte el coféjo de los mas viejos, conforme a lo que efta efcripto.

De las buenas obras que fon inftrumentos para la perfection

Cap. IIII.

Primeramente conuiene amar a Dios de todo coraçon, de toda anima, y con todo nueftro poder, defpues defto al proximo como a fi mifmo, defpues defto, no matar, no cometer adulterio, no hurtar, no codiciar, no dezir falfo teftimonio, honrrar a todos los hóbres, no hazer con otro lo que no querria que otro hizieffe có el. Caftigar fu cuerpo, no dar fe a deleytes, amar el ayuno, recrear a los pobres, veftir al defnudo, vifitar al enfermo, enterrar al defuncto, focorrer al que efta en tribulacion, confolar al trifte, hazer fe ageno de las cofas del figlo, no tener cofa alguna en mas que el amor de Chrifto, no executar la ira, no aguardar tiempo para fatisfacer la pafsion del enojo, no tener doblez en el coraçon, no dar paz falfa, no dexar la charidad, no jurar de ninguna manera, porque no fe perjure. Dezir verdad con el coraçon y con la boca, no dar mal por mal, ho hazer injuria, antes fuffrir con paciencia la que nos fuere hecha. Amar a los enemigos, no dezir mal al que nos mal dixere, antes bendezirle. Sufrir perfecucion por la jufticia, no fer foberuio, no dado al vino, no muy comedor, no dormilon, no perezofo, ni murmurador, no maldiziente. Poner toda fu efperança en Dios. Quando algú bien en fi viere, atribuyrlo a Dios, y no a fi.Pero el mal, fepamos que fiempre lo hazemos nofotros, y a nofotros lo atribuyamos. Temer el dia del juyzio, hauer miedo del infierno, codiciar con efpitirual deffeo la vida eterna. Traer fiempre la muerte delante de los ojos con apercebimiento para ella. Traer cuenta có fus obras en todo tiempo, tener por cierto que Dios nos mira en todo lugar. Los malos penfamientos luego que vinieren al coraçon quebrantar los en Iefu Chrifto, y manifeftar los a algun padre fuyo efpiritual, guardar fu boca de malas o feas palabras. No fer amigo de hablar mucho, no hablar palabras vanas, y mouientes a rifa, no fe reyr mucho, ni muy alto, oyr de buena gana las fanctas lectiones, dar fe muy continuo a oracion, los peccados paffados confeffar los cada dia a Dios con lagrymas y gemidos en la oracion, enmendarfe dellos para adelante, no poner por obra los deffeos malos, aborrefcer fu propia voluntad, obedecer en todo los mandamientos de fu Abbad, aunque el (lo que Dios no quiere) haga otra cofa de lo que manda, acordando fe de aquel precepto diuino. Hazed lo que os dizen, y no lo que ellos hazen. No quiera fer llamado fancto antes que lo fea, mas fer lo primero, para que con verdad fe lo puedan llamar. Cumplir con obras los mandamientos de Dios. Amar la caftidad, no querer mal a nadie, no tener zelo indifcreto, ni embidia, no fer amigo de porfiar, huyr la foberuia, honrrar a los mayores, amar en Iesu Chrifto a los menores, rogar por los enemigos, con los que tuuiere difcordia, tornar en concordia antes que fe ponga el fol, nunca defefperar de la mifericordia de Dios. Eftos fon los inftrumentos de la arte efpiritual, los quales quádo de dia y de noche los huuieremos cumplido fin ceffar, darnos ha el feñor aquel galardon que nos tiene prometido. Que ni ojos lo vieron, ni orejas lo oyeron, ni llego a intelligécia humana faber las cofas que Dios tiene aparejadas a los que le aman. Y la officina donde eftas cofras pongamos por obra con diligencia es el encerramiento del monafterio, y la perfeuerancia en la congregacion.

De la obediencia

Cap. V.

El principal grado de humildad es obediencia fin tardança, efta conuiene a los que no tienen cofa por mas preciada que a Chrifto por el feruicio fancto que le promertieron, o por miedo del infierno, o por la gloria de la vida eterna. Y luego que les es mandado algo por el mayor, como fi de parte de Dios les fueffe mandado, no fufren tardança en hazerlo. Deftos tales dize el feñor. En oyendo me luego me obedefcio. Y en otro lugar dize a los doctores. El que a vofotros oye, a mi oye. Pues eftos tales dexando luego fus cofas, y su propria voluntad defoccupádo fus manos y dexádo por acabar lo que tenian començaco, con el pie aparejado a obedefcer, figuen có obras la voz del que les máda, y quafi en un púto concurren el mádamiento del maeftro y la perfecta obra del difcipulo, y con prefteza del temor de Dios, entrambas cofas juntamente cumplé aquellos: que tienen deffeo de yr a la vida eterna. Y por efto fepan que toman eftrecho camino fegun lo que el feñor dize. Eftrecho es el camino que lleua a la vida. Porque eftos no viuiédo por fu aluedrio, y no obedefciédo a fuf deleytes, mas guiandofe por parefcer y mandamiento ageno, deffean viuir en los monafterios y tener abbad a quien eften fubjectos. Y fin dubda eftos tales imitan lo que el feñor dize. No vine a hazer mi voluntad, fino la de aquel que me embio. Y efta obediencia entonçes es accepta a Dios, y fuaue a los hóbres fi lo que nos es mandado lo cumplimos, no con miedo ni tibieza, ni con tardança, ni con murmuracion, ni con refpuefta como que no queremos. Porque el que a los mayores obedefce, a Dios obedefce. El qual dixo. El que a vofotros oye, a mi oye. Y deuen los difcipulos pagar de buena gana la deuda de la obediencia, pues que efta efcripto, que ama Dios al que le da, de buena gana lo que le da. Porque fi el difcipulo obedefce de mala gana y murmura, no folamente con la boca, mas aun con el coraçon, aunque cúpla lo que le mandan, ya no fera accepto a Dios, que mira el coraçon del que murmura, y tal obra como efta no la agradefcera Dios, antes incurre el que la haze, en la pena de los que murmuran, fi con fatisfacion no fe emendare.

Del filencio

Cap. VI.

Hagamos lo que dize el profeta. Dixe, guardare mis caminos por no peccar con mi lengua. Pufe guarda en mi boca, enmudefci, y humilleme, y calle aun de las cofas buenas. En efto mueftra el propheta, que fi algunas vezes por la guarda del filencio, aun las buenas palabras deuemos callar, quanto mas por la pena del peccado deuemos ceffar de las malas? Afsi q aunque las hablar feá buenas, fanctas y de edificacion, pocas vezes fe de licencia a los perfectos difcipulos para hablar por la grauedad del filencio, pues efta efcripto. En el mucho hablar no huyras peccado, y en otro lugar, la muerte y la vida eftan en manos de la lengua., Porque el hablar y enfeñar conuiene al maeftro, el callar y oyr, cóuiene al difcipulo. Poréde fi algo fe huuiere de preguntar al mayor, con toda humildad de fubjection y reuerécia fe le pregunte, de manera que no parefca que habla nadie mas de lo que conuiene. Mas las palabras ociofas, o de chocarrerias y mouientes a rifa, condemnamos las có perpetua claufura en todo lugar, y no confentimos.