SALUDA DEL PRESIDENTE
SALUDA DEL PRESIDENTE
Como es sabido por todos, el pasado Diciembre se celebraron elecciones a la Junta de Gobierno de La Hermandad de San Benito Abad, cuyo resultado a estas alturas es de sobra conocido.
En primer lugar, transmitir nuestro más sincero agradecimiento a todas aquellas personas que han depositado su confianza en este grupo humano que inicia un nuevo ciclo, en el que intentaremos que lo ya conseguido entre todos perdure y tenga una proyección en el futuro, haciendo justicia al tiempo y a este inmenso legado que hemos recibido. Aceptamos la responsabilidad otorgada, asumiendo al mismo tiempo la difícil tarea de gestionar los designios de una Hermandad con más de cuatro siglos de historia, escritos con el sudor, el trabajo y la vida de las gentes de este pueblo. Debemos poner todo nuestro esfuerzo para no defraudar la confianza recibida, pidiendo a nuestro titular, San Benito Abad, que sea amparo y guía en dicho cometido, y sobre todo, que nos lleve por la senda de la Fe y la creencia en su doctrina.
En estos escasos meses al frente de nuestra Hermandad, hemos tomado conciencia de la complejidad que supone la gestión de cualquier asunto de la misma, por poca trascendencia que éste pudiera tener. Y es que cada decisión que se toma se medita, se debate, hasta llegar a un consenso y quedar completamente seguros de que el margen de error es mínimo en todos los aspectos, pero especialmente, en lo que a moral se refiere. No hace falta mencionar que lo material ha tomado una posición equivocada, dejando al margen valores tan necesarios como la fraternidad, la caridad, la humildad y, sobre todo, el compromiso con los demás; pues bien, todo esto es imprescindible conjugarlo en la aplicación del quehacer diario de nuestra Hermandad, dejando al margen aspectos banales y vacíos de contenido, cuya única intención es arrebatarnos los fundamentos básicos que deben regir la convivencia de nuestra Hermandad.
Hay muchos asuntos que nos preocupan, principalmente de índole económico, a los cuales procuraremos dar solución rápida, eficaz y tal vez definitiva, pero no debemos olvidar que la principal tarea pendiente, es La Espiritualidad, algo de lo que hablamos con frecuencia, que más nos cuesta mantener y aunque resulte paradójico, es gratuita. Sin ella, tal vez hoy no estuviésemos aquí, nos ha traído hasta estos días y tenemos que perseverar en inculcar a nuestros jóvenes el significado de La Fe Sambenitera. Por lo tanto, debemos de asumir todos que la espiritualidad, aparte de ser el cimiento de este patrimonio, es el verdadero sentido que debemos buscar en nuestras celebraciones
La dimensión que ha adquirido esta entidad centenaria requiere una labor sin descanso y con la mayor agilidad posible; son muchas las tareas, actividades, reuniones y problemas que hay que ir afrontando y resolviendo, sin prisas, pero sin pausas. Es un trabajo apasionante que precisa de constancia, mucha generosidad y un altruismo sin límites, buscando siempre el bien común. Sabemos que el reto es abrumador y exigente, pero esperamos poder superar las adversidades que puedan surgir con esfuerzo y dedicación, y sobre todo, con la ilusión de todos los que formamos este grupo. Es indudable que el notable crecimiento de nuestra hermandad, necesita de una serie de prestaciones que todos demandamos, pero debemos ser sensatos y comprender que sin el esfuerzo de todos, difícilmente se podrán llevar a buen fin los objetivos marcados.
Recordaros que la hermandad somos todos, nadie imprescindible, pero sí necesario. Nuestra historia nos debe comprometer a ser una entidad activa durante todo el año, no olvidando como cristianos el carácter evangelizador que debe impregnar todas las acciones que desarrollemos.
Os pediría un poco de respeto, paciencia y comprensión por los errores que podamos cometer, siempre serán en el afán de buscar lo mejor para todos. Y a buen seguro, poniendo un mínimo de humildad, coherencia y sentido común por parte de todos en los asuntos a tratar, se impondrá el entendimiento y La Fe, que es la esencia de nuestra Hermandad.
Por último, en mi nombre y en el de la Junta de Gobierno a la que represento, queremos reconocer y dar testimonio público, de la labor realizada durante estos meses de incertidumbre por la Junta Gestora, un trabajo encomiable que ha permitido que esta hermandad siguiera hacia adelante; a los mayordomos y a toda su mayordomía, por vuestra humilde espera y por habernos acogido de forma respetuosa, abriéndonos las puertas de vuestra casa desde el primero momento y ofreciéndonos vuestra colaboración en esta tarea que a todos nos compete. Al mismo tiempo, agradecer sinceramente a todas las juntas de gobierno que nos han precedido, por este legado que recibimos y que debemos cuidar, mimar y entregar en las mejores condiciones a las generaciones venideras, sin olvidar que las señas de identidad de un pueblo, son su mejor garantía de futuro.
¡VIVA SAN BENITO!
Lorenzo Mogedas Muñiz
Presidente de la Hermandad