Carta del Presidente

En El Cerro de Andévalo, a 11 de marzo de 2025.
Estimado sambenitero:
Llegó el momento. Marzo ya ha entrado como un rayo de sol en los corazones sambeniteros. Un soplo de aire fresco que cada año, tras arrancar la segunda hoja del almanaque, renueva el espíritu de las casas cerreñas y montesinas. No es que la devoción a San Benito desaparezca durante el resto del año. Nada más lejos de la realidad. La fe sambenitera siempre está presente en el día a día de nuestro pueblo. Sin embargo, es justo ahora, cuando el campo andevaleño comienza a estar en su máximo esplendor, el momento en el que los aromas, los sonidos, las escenas cotidianas y, en definitiva, todo lo que nos rodea, nos acerca más aún a Nuestro Santo Patrón.
El caprichoso calendario quiso que el día de la traslación de San Benito coincida con el principio de la primavera. 21 de marzo, fecha que todos los viejos sambeniteros tenían marcada a fuego en su memoria. Daba igual el día, ellos, con los pocos medios de los que disponían, echaban la botella de aguardiente en las alforjas y recorrían el viejo camino de Herradura hasta su Santuario. Siempre con un solo objetivo: llegar a las plantas de Nuestro Santo Patrón. Hoy, más de cuatro siglos después de tradición, fe y Hermandad, los devotos de San Benito, aunque actualizados con nuevas formas, no hemos cambiado ni un ápice del fondo. Y así debe seguir siendo. El legado que nos dejaron nuestros padres y abuelos debemos mimarlo y cuidarlo para entregárselo a nuestros hijos y nietos.
Este año, en el que todos miramos al cielo por las incertidumbres meteorológicas, nada cambiará. «Llueva o no llueva» dice el cante del camino. Desde la Hermandad de San Benito no podemos más que animar a todos los cerreños, montesinos y devotos de Nuestro Santo Patrón en general a que participen activamente en todos los actos organizados y, muy especialmente, a que acompañen a nuestros Mayordomos, Ascensio e Inmaculada, en este sueño cumplido que supone tener las Bandas en su casa.
De todos esos pequeños detalles que conforman el inmenso protocolo de nuestra Romería, queremos de nuevo insistir en la importancia de la entrega del «Dao». Sones de tamboril. Olor a rosas enmeladas. Brindis con aguardiente o vino dulce. Sonrisas en las caras de los Mayordomos. Convivencia. Fe sambenitera. Tradición. En definitiva, Hermandad. Todo ello se vive en esas cuatro paredes de la Sala de Hermandad que tantas lágrimas y risas esconden. Por eso, desde la Junta de Gobierno no podemos más que animaros, sobre todo a los más jóvenes -que serán el futuro de la Hermandad-, a acudir el Domingo de Vigilia al «Cuarto La L» para disfrutar de momentos que, seguro, ayudarán a formar su corazón sambenitero.
Sin más, con el deseo de disfrutar en Hermandad de las tradiciones que nuestros antepasados nos brindaron, me despido con un fuerte ¡Viva Nuestro Patrón San Benito!
El Presidente: Lorenzo Mogedas Muñiz